viernes, 13 de enero de 2012

UN POCO DE POEMA

Antes de publicar mis obras, quiero hablar de un poema sobre el cual escuche hace aproximadamente dos años. El poema del que hablo fue la comidilla mundial desde que fue publicado en Perú pues, parece que hubo un error respecto a su autor ya que se creyó que había sido por el nobel Gabriel García Márquez como una carta de despedida. Luego en un acto elogiable fue el mismo Márquez quien dijo que el autor de ese poema no habia sido él. Luego los ojos se volcaron a un mexicano que había escrito el poema para su marioneta.

El poema, opinión personal, tiene un gran valor no por su forma ni por la secuencia de palabras sino, por el sentimiento que transmite. Quizás haya palabras que no deberían estar ahí pero, son estas palabras las que refuerzan el sentimiento que el autor quiere trasmitirnos o , quizás esas palabras hayan sido escogido agrede para darle un toque personal, nadie lo sabrá, solo queda en el corazón del escritor.

Los dejo con el poema de Johnny Welch, titulado LA MARIONETA:

Si por un instante Dios se olvidara 
de que soy una marioneta de trapo 
y me regalara un trozo de vida, 
posiblemente no diría todo lo que pienso, 
pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, 
sino por lo que significan. 
Dormiría poco, soñaría más, 
entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, 
perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, 
Despertaría cuando los demás duermen. 
Escucharía cuando los demás hablan, 
y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, 
Vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, 
dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma. 
Dios mío, si yo tuviera un corazón, 
escribiría mi odio sobre hielo, 
y esperaría a que saliera el sol.
Pintaría con un sueño de Van Gogh 
sobre las estrellas un poema de Benedetti, 
y una canción de Serrat sería la serenata 
que les ofrecería a la luna.
Regaría con lágrimas las rosas, 
para sentir el dolor de sus espinas, 
y el encarnado beso de sus pétalo... 
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...
No dejaría pasar un solo día 
sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. 
Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos 
y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuán equivocados están, 
al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, 
sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse. 
A un niño le daría alas, 
pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte 
no llega con la vejez sino con el olvido. 
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres 
He aprendido que todo el mundo quiere vivir 
en la cima de la montaña, 
Sin saber que la verdadera felicidad está 
en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido 
aprieta con su pequeño puño, 
por vez primera, el dedo de su padre, 
lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre 
sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, 
cuando ha de ayudarle a levantarse. 
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, 
pero realmente de mucho no habrán de servir, 
porque cuando me guarden dentro de esa maleta, 
infelizmente me estaré muriendo.

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